La Historia de etnias europeas

La historia de Yeniches, Mercheros, Pavees Traveller etc, de Europa

Los yeniches son una minoría étnica transnacional independiente con su propia lengua, cultura y tradiciones. Son una parte integral de Alemania y Europa y, sin embargo, en su mayoría llevan una vida al margen de la sociedad. La exclusión y la discriminación, incluido el racismo, todavía no son infrecuentes en la actualidad.

El término Yenische o Jänische es una designación propia y externa de los Viajeros y sus descendientes, que ahora están mayoritariamente asentados en la zona de habla alemana. Sin embargo, han surgido otros epítetos en diferentes países y regiones. Por ejemplo, también se les conoce como Fecker en Suiza, Karner en Tirol, Lakerten en Luxemburgo, Mercheros en España, Pavee en Irlanda o Cant en Inglaterra. Pavee y Cant de Irlanda y Gran Bretaña también se llaman Tinker o Traveller y son sociológicamente comparables a los yeniches centroeuropeos y a los mercheros españoles, que descendieron de los caldereros yeniches de Alemania y emigraron a España alrededor de 1449. Es una teoría común que el nombre Merceros proviene de la palabra yenish merchern, que significa aprovechar. También nombres externos relacionados regionalmente como: Los yeniches se referían a Körberzeiner en Alsacia o Korbeni en Suiza. Hay yeniches en Alemania, Suiza, Austria, Francia, España y los países del Benelux. Incluso en Italia y la República Checa hay personas que se definen como yeniches. En cualquier caso, lo que une a todos los grupos es la práctica de un comercio itinerante, la recolección de bienes antiguos y el comercio ambulante a lo largo de los siglos. Así como su propia identidad, su propia forma de vida, vínculos familiares muy estrechos, un sistema de valores diferente al de la población mayoritaria y su propio idioma.

Sólo una cosa se puede decir con certeza sobre el origen del pueblo yeniche: que sigue siendo prácticamente inexplicable e inexplorado hasta el día de hoy. Por otro lado, la vida nómada de los viajeros en Europa está documentada hasta la Alta Edad Media y más allá. Existen numerosas teorías y mitos sobre los orígenes de la etnia yeniche, por lo que es imposible detallarlos todos aquí en detalle. Incluso las teorías más populares hasta la fecha, que aún no han sido completamente investigadas por la ciencia, no proporcionan ninguna información clara y confiable sobre los orígenes reales del pueblo yeniche. A principios del siglo XVIII apareció por primera vez el término «yenish» en relación con la lengua de los Viajeros, lo que no significa que la gente no se considerara ya a sí misma como yenish. Si nos fijamos en las circunstancias, en qué momentos, desde qué perspectiva y con qué propósito se nombró y registró por primera vez a Yenish, parece plausible y probable que la gente anteriormente mantuviera el idioma y el nombre en estricto secreto, a veces cambiándolos con frecuencia. Incluso a menudo se han dado sinónimos. Entre otras cosas, es precisamente esta circunstancia la que hace que a la ciencia actual le resulte difícil distinguir y diferenciar explícitamente el jenisch de los distintos dialectos del rotwelsch, ya que todos ellos contienen un poco de jenisch. El Liber Vagatorum de Martín Lutero, publicado en 1510, contiene numerosas palabras que todavía se utilizan hoy en día en el idioma yeniche. El jenish como lengua, pero no como hablante, no se presentó por primera vez en 1714 en una lista de palabras de Friedrich Kluge (1901), sino listas individuales de palabras de finales de la Edad Media, que se pueden encontrar en el idioma yenish actual. apuntan a una historia más antigua del yeniche y de sus hablantes.

Debido a su estilo de vida itinerante, el pueblo yeniche practicaba tradicionalmente determinadas profesiones y oficios. Ya sea como conductores de mercado, showman, artistas, músicos, titiriteros, malabaristas, cesteros, reparadores de sartenes y paraguas, afiladores de tijeras, escobadores, recolectores de chatarra, traperos, comerciantes de mercería, anticuarios o artesanos ambulantes. Al menos desde la Edad Media, los yeniches han penetrado en los rincones más remotos como comerciantes y vendedores ambulantes, suministrando a la gente artículos cotidianos. De esta manera también se entregaron al hombre o a la mujer artículos importantes y esenciales, como medicamentos o algún repuesto solicitado. Los yeniches también eran valorados como narradores de historias, portadores de noticias o casamenteros. Pero a pesar de todo esto, el pueblo yeniche seguía sospechando de la población mayoritaria. Presumiblemente porque siempre estaban viajando y no tenían dirección permanente, porque eran diferentes, hablaban su propio idioma, hacían su propia música y tenían su propia forma de vida. Como resultado, a menudo se los confundía erróneamente con los sinti o los romaníes. Al igual que entre los sinti y los romaníes, la exclusión, la discriminación y la expulsión siempre han sido parte de la vida cotidiana del pueblo yeniche. En Würzburg, por ejemplo, a los yeniches sólo se les permitía ofrecer sus productos en la ciudad tres días al año, durante el llamado Killianfest. En aquella época, la población de la ciudad hablaba con sorna de la “nobleza jeniana”. De lo contrario, como en otras ciudades, se les prohibía ejercer su comercio dentro de la ciudad.

Durante el nacionalsocialismo ya no se trataba sólo de exclusión y discriminación. El “Ordenamiento sobre la ley de protección de la sangre”, pero a más tardar con el “Decreto de Auschwitz”, amenazaba con expulsión, persecución, esterilización forzada y asesinato. Los Yenische fueron encarcelados, deportados y asesinados como “gitanos blancos”, híbridos de gitanos, personas antisociales o como parte de la campaña “Arbeitsscheu Reich”. Cientos de personas perdieron la vida, pero es probable que el número de casos no denunciados sea mucho mayor, ya que hasta la fecha no existen investigaciones precisas al respecto. Esto se debe a que hasta el día de hoy apenas se tiene en cuenta al pueblo yeniche, o más bien simplemente se le ignora. Los teóricos raciales Robert Ritter y más tarde Herman Arnold hicieron un gran trabajo, pero sus abstrusos “resultados de investigación”, la palabra clave “RHF”, continuaron siendo utilizados por la policía y las autoridades después de la guerra hasta los años 1970.

El destino más conocido de un hombre yeniche es el de Ernst Lossa, de 14 años, quien gracias al Prof. Dr. medicina Michael von Cranach y el autor Robert Domes quedaron plasmados en libros y películas. La trágica historia de Ernst Lossa es ciertamente conocida por muchos, pero no que fue sacrificado con una “inyección de veneno” porque era un hombre yeniche.

Siempre se ha intentado hacer desaparecer al pueblo yeniche, su cultura, su modo de vida y su lengua, pero ni siquiera los nazis lo consiguieron. Por supuesto, en esto también desempeñaron un papel importante escritores yeniches como Romed Mungenast, Mariella Mehr, Heidi Schleich, Willi Wottreng y Engelbert Wittich, quienes por un lado iniciaron un renacimiento de la confianza en sí mismos yeniches y, por otro, escribieron anotó el idioma, la cultura y las costumbres del pueblo yeniche y los escribió para la posteridad recibida.

La cultura y el modo de vida yeniche siempre han incluido viajar y practicar ciertos oficios tradicionales (ver arriba). Ambos están amenazados de extinción. Antiguamente, gran parte de la vida transcurría en el camino rural, cuando se viajaba con la familia y bienes diversos. Hay muchas razones por las que muchos yeniches tuvieron que dejar de viajar y ahora una gran parte de ellos llevan una vida sedentaria. Sin embargo, en esto sin duda juegan un papel importante las nuevas leyes, reglamentos, directivas, prohibiciones y, simplemente, la intimidación y el acoso por parte de oficinas, autoridades y legislaciones, que obligaron a muchos a establecerse. Pero hay yeniches que todavía ejercen su oficio como “viajeros” o al menos viajan toda la semana. A medida que los viajes siguen disminuyendo, se han formado pequeñas “comunidades yeniches” en muchos lugares. No sólo en el asentamiento de Jenischer en Schillingsfürst, que se remonta a la Guerra de los Treinta Años y sus consecuencias, ya sea en Lützenhardt, Matzenbach, Unterdeufstetten, Lahr, Offenburg, Friburgo, Singen, Bellheim, Kitzingen, Augsburgo, Höchstädt o en Ichenhausen, hasta Por nombrar sólo algunos yeniches, se pueden encontrar en casi toda Alemania. Pero a pesar de estas “áreas de asentamiento yenish”, la cultura yenish y el idioma yenish están enormemente amenazados. Existe una amenaza de asimilación y olvido.

El pueblo yeniche era y es una parte integral de la cultura y la vida cotidiana europea. Merecen la protección y preservación de su cultura, sus tradiciones, su idioma y un futuro para ellos y sus descendientes y la oportunidad de llevar una vida como yenish, incluidas las tradiciones antiguas y sin temor a la exclusión y la discriminación.

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IDENTIDAD YENICHE, MERCHEROS, PAVEES TRAVELLERS
¿Dónde está la tierra del pueblo yeniche? ¡Europa!
El ancho mundo es nuestro campo… vivimos en una diáspora permanente… no sabemos por qué esta situación es así. ¿De dónde viene el pueblo yeniche? Siempre hemos estado ahí. Somos los heraldos e iniciados de las antiguas calles romanas. Nosotros somos los que siempre hemos estado en sintonía con Schuerk y Zossem. Estamos formados por muchas personas y formamos un colectivo.

Sí, tenemos una conciencia colectiva como yenish. Tenemos nuestro propio idioma que no sólo toma prestado sino que fue y sigue siendo su propio idioma yenish en sus orígenes. Tenemos nuestras propias tradiciones, costumbres y sistema de valores antiguos que se refieren al largo viaje de nuestro pueblo. Tenemos un sentido de identidad, nuestra propia forma de vida seminómada que nos moldea, tenemos nuestra propia cultura, nuestros propios oficios y tenemos una historia común. Una historia de viajes, negocios, sufrimiento y alegría.
Somos un pueblo, determinado por todos estos criterios que cumplimos. Ya en el siglo XIII, los yeniches se unían en hermandades, los llamados reinos, y se veían a sí mismos

¿Cuáles son los pilares de nuestra identidad?

1. nuestra propia lengua yenish
2. nuestros oficios típicos
3. nuestro modo de vida independiente
4. nuestras tradiciones, costumbres y codigos

Por supuesto, también somos suizos, alemanes, belgas, holandeses, franceses, luxemburgueses, austriacos… etc. Todos los pueblos de Europa son descendientes de los indoeuropeos, de los antepasados ​​celtas-germánicos.

 Nosotros también. Esto lo pueden comprobar nuestras costumbres, tradiciones e idioma. Todos somos vestigios de esta antigua cultura. Cada individuo es portador de estos antepasados ​​y, por tanto, es un enriquecimiento para toda la cultura europea.
Dentro de esta red formamos otra cultura propia con los mismos ancestros. Por eso no somos muy diferentes de los demás europeos. En un sentido más estricto, no tiene ningún sentido hablar de etnia porque, como ya se mencionó, todos somos descendientes de las tribus celtas-germánicas, que juntas forman un grupo étnico, los indoeuropeos.

Hay varias ideas sobre el origen de la cultura yenish, el propio pueblo yenish. Claramente NO somos una tribu romaní. Compartimos una forma de vida similar, impulsada por los viajes, como la de los Sinte o los Manouche. De lo contrario, tenemos nuestra propia cultura aún vibrante con sus propias características y diferencias específicas. También es lamentable la tendencia actual de muchos yeniches a adoptar palabras de la lengua romana en su lengua, ya que desplaza las antiguas expresiones de la lengua yeniche a un segundo plano. Pero comodije anteriormente, gracias a Dios esto es cada vez más raro y el antiguo idioma de nuestros padres está recuperando su lugar en nuestros corazones.

Cultura

El pueblo yeniche es la minoría y la cultura más misteriosa de Europa. Muchos investigadores e historiadores regionales fracasan en su intento de comprender la cultura del pueblo yeniche. Esto se debe, por un lado, a que los yeniches somos una comunidad cerrada y, por otro lado, a que, al igual que los celtas en la antigüedad, no tenemos una “cultura escrita”. El origen del pueblo yeniche es a menudo objeto de debate y disputa. Hay que tener claro que somos gente de Europa Central. Especialmente del área «germánica», como lo demuestra también la forma más antigua de nuestra lengua yeniche. El área central yeniche es Alemania, Luxemburgo, Bélgica, Francia, Suiza y Austria. También encontramos yenish en Hungría, Irlanda, Gran Bretaña, así como en España e Italia. A juzgar por el idioma, se puede ver que el pueblo yeniche ya existía en la Edad Media como un subgrupo de todos los pueblos nómadas en el siglo XI. Nuestros antepasados ​​adoptaron el idioma hebreo desde muy temprana edad. No se pueden definir nuestras raíces en función de nuestro idioma, pero sí se pueden definir las influencias lingüísticas de nuestra cultura y las de nuestros antepasados. Aproximadamente el 70% son palabras alemanas, el 22,1% son hebreo/yiddish, el 5% son celtas/latín (latín vulgar), el 1,7% son franceses y el 1,2% provienen de la lengua romaní de los sinti y los romaníes. Este último es un desarrollo tardío de los siglos XVIII y XIX, en el que el idioma yenish original, como muestran las listas de palabras de 1450 y 1510, consta de creaciones de palabras alemanas y hebreas.

El origen del pueblo yenish no es una cuestión étnica sino más bien una cuestión social. La cultura de este subgrupo de los Viajeros se remonta a la antigüedad. Nuestra cultura está fuertemente influenciada por las influencias celtas a través de nuestras costumbres, costumbres y tradiciones. Asimismo, la estructura de “clan” que todavía prevalece dentro de las asociaciones de viajeros yeniches, pero también en las del pueblo sedentario yeniche, es uno de los muchos restos celtas. Por lo tanto, podemos decir con confianza que el pueblo yeniche también tiene raíces celtas, como la mayoría de la población de Europa, y nuestras costumbres, símbolos, tradiciones y costumbres así lo sugieren. Los extranjeros difícilmente pueden intentar probar o refutar algo porque sólo miran a nuestra gente desde fuera. Sólo nosotros podemos comprender y explorar nuestra historia. Además, la ascendencia tiene una importancia secundaria para nosotros. Existimos y vivimos una cultura antigua y única.

Sabemos que somos una minoría sociocultural con raíces europeas. Definimos esta cultura como Yenish, Mercheros o Pavees travellers y entendemos que, a través de nuestra conciencia colectiva, debemos permanecer en esta tradición y cultura y vivir como nuestro propio pueblo. Y nuestro pueblo, como minoría yeniche, cumple todos los criterios para ser reconocido como tal, como todos los demás. Tenemos nuestras propias costumbres, nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestra forma de vida, nuestro idioma, nuestra mentalidad, nuestro sistema de valores y nuestra historia.

La riqueza y el tesoro de nuestra cultura ilimitada se encuentran en un nuevo cenit. Quizás más que nunca ha llegado el momento en que muchOs Jenische, Mercheros o los Pavees travellers pueden volver a defender con orgullo quiénes son.


ETNIAS minoritarias

Un zaragozano, reconocido en los premios mundiales del Derecho por defender la etnia merchera: «Pude explicar quiénes somos»

El joven empresario Juan Altimasveres Martínez ha recibido en Nueva York una mención especial en los premios de la World Jurist Associaton, los Óscars del Derecho.

ACTUALIZADA 16/8/2023 A LAS 22:00

El empresario zaragozano Juan Altimasveres Martínez ha sido reconocido por su trabajo en defensa de la etnia merchera por la World Jurist Association Guillermo Mestre

El pasado 21 de julio se celebró en Nueva York el Congreso Mundial de la Abogacía que organiza cada año la World Jurist Association, la asociación mundial de juristas, y que concluye con una entrega de premios y reconocimientos a juristas, abogados y empresarios de todo el mundo. Son los premios Óscar del Derecho, y en ellos se ha colado un zaragozano.

El joven empresario de 28 años Juan Altimasveres Martínez ha recibido una mención especial por su trayectoria laboral y por la defensa de las etnias minoritarias, en especial de la etnia merchera, a la que pertenece. “El presidente de la World Jurist Association, Javier Cremades, se interesó por mi lucha personal en la defensa de las etnias minoritarias y por las costumbres del pueblo merchero y me ofreció participar en el congreso”, explica Altimasveres, ya de vuelta en Zaragoza.

“Estuve dos días intensos en Nueva York. Fue una experiencia única y emocionante porque me dieron el diploma en una cena de gala en el Club metropolitano de Manhattan y pude decir unas palabras de agradecimiento ante 200 líderes mundiales. Fue de película”, recuerda Altimasveres.

Diploma con el que fue reconocido el trabajo de Juan Altimasveres Martínez en defensa de las etnias minoritarias por la World Jurist Association.J.A.

En su discurso no podían faltar unas palabras en defensa de la etnia merchera. “Pude explicar un poco, ante todos esos líderes mundiales, quiénes somos y de dónde viene nuestro pueblo”, afirma el empresario zaragozano.

Perseguidos y oprimidos

“La etnia merchera desciende del centro de Europa y ha sido siempre un pueblo completamente oprimido, socialmente excluido y muy perseguido durante la dictadura”, señala Altimasveres. “Además, no tenemos nada que ver con la etnia gitana, a diferencia de lo que mucha gente cree”, insiste. 

«Se estima que en España hay unos 150.000 mercheros y en Aragón entre 4.000 y 6.000».

Se calcula que en España hay unas 150.000 personas

pertenecientes a esta etnia y «se estima que en Aragón Puede haber entre 4.000 y 6.000 mercheros, aunque no hay datos oficiales al respecto”, apunta el empresario.

Conversando con Felipe VI

La experiencia de este joven no acaba aquí. “Al día siguiente de la entrega de mi diploma, asistí a la clausura del congreso que se celebró en la sede de la ONU y a la que asistió el rey Felipe VI, para darle el premio World Peace & Liberty Award, el Nobel del Derecho, a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen”, continúa el empresario galardonado.

 “Tras el cierre del congreso, pude saludar al Rey en un cóctel privado y me dio la enhorabuena. Hablamos un poco e incluso bromeamos. Me trató fenomenal”, explica Altimasveres.

Juan Altimasveres, galardonado por la World Jurist Association, junto al Rey Felipe VI en la clausura del congreso mundial de abogacía.J.A.

Una fundación para luchar por los mercheros

De vuelta a casa, la lucha de este zaragozano no acaba aquí. “Quiero intentar visibilizar a la etnia merchera para que la gente vea que somos personas normales, que queremos que se nos trate por igual y que tenemos derecho a trabajar”, asevera el empresario. 

“Reivindicamos que se reconozca una deuda social con esta etnia, ya que está probado históricamente que somos gente trabajadora y humilde a la que no se nos ha permitido ganarnos el pan y a la que se ha acusado, injustamente, de ser unos delincuentes”, continúa Altimasveres.

«Se nos ha impedido ganarnos el pan y se nos ha acusado, injustamente, de ser unos delincuentes».

Este esfuerzo en la defensa de sus orígenes va a continuar

y este empresario ya está dándole forma a lo que será una fundación para garantizar el derecho de las etnias minoritarias, entre ellas, la merchera, y que verá la luz a principios de 2024. 

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Os informo que finalmente el artículo que escribimos sobre los Mercheros ha sido finalmente aceptado en la revista internacional especializada BMC Genomics!

Es una revista digital, pero creo que es muy interesante que se haya aceptado para la publicación. Aquí un pequeño avance, cuando lo saquen entero en la revista internacional lo subiré aquí para que lo veáis.

Pertenecemos a la península ibérica, no tenemos nada que ver con la raza gitana, aunque sale que algunos si, como en todas las etnias o grupos, pero que se necesita más estudios, como el ADN a nivel individual de 100 mercheros de toda España, para saber si procedemos del norte de Europa o de donde, incluso puede ser que siempre estuvimos en la península ibérica, ya sabéis que España es un país muy mezclado con romanos, griegos, musulmanes, visigodos, cartaginenses, fenicios, celtas.

No a salido nada que no supiéramos.

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André Flores Bello, Neus Font Porterias, Julen Aizpurua Iraola, Sara Duarri Redondo and David Comas*

Resumen Antecedentes: La imagen general de la variación genética humana se ha descrito ampliamente en los últimos años, sin embargo, muchas poblaciones siguen siendo poco estudiadas. En este trabajo analizamos por primera vez a la población merchero, una etnia minoritaria española poco estudiada e históricamente perseguida. Los mercheros se han caracterizado aproximadamente por una historia itinerante, ocupaciones tradicionales comunes y el uso de su propio idioma.

Resultados: Aquí, examinamos la historia demográfica y el escenario genético de Mercheros, mediante el uso de datos de matriz de genoma completo, secuencias mitocondriales completas y marcadores STR del cromosoma Y de 25 individuos. Estas muestras se han complementado con una amplia gama de poblaciones actuales de Eurasia occidental y África del Norte. Nuestros resultados muestran que la diversidad genética de Mercheros se explica en el contexto de la Península Ibérica. Además, los Mercheros presentan bajo aislamiento genético y heterogeneidad intrapoblacional.

Conclusiones: Este estudio representa la primera caracterización genética de la población de Merchero, describiendo sus componentes de ascendencia fina y su escenario genético dentro de la Península Ibérica. Dado que la etnicidad no solo está influenciada por la ascendencia genética sino también por factores culturales, se necesitan otros estudios de múltiples disciplinas para explorar más a fondo la población de Merchero. Al igual que con Mercheros, existe una brecha considerable de poblaciones y grupos étnicos subrepresentados en los datos genéticos disponibles públicamente. Por lo tanto, alentamos la consideración de paneles de población con mayor diversidad étnica en los estudios genéticos humanos, como un intento de mejorar la representación de las poblaciones humanas y reconstruir mejor su historia a gran escala.

Palabras clave: población merchero, métodos basados en haplotipos, datos autosómicos en todo el genoma, origen genético, etnia minoritaria, península ibérica, marcadores uniparentales.

Antecedentes, los estudios genéticos centrados en poblaciones humanas se han impulsado intensamente en las últimas décadas debido a las plataformas de genoma cada vez más asequibles, ampliando la cantidad de material genético de alta calidad considerado en los estudios y permitiendo su disponibilidad en repositorios genómicos públicos. Esto ha permitido representar ampliamente el paisaje genético humano tanto desde un punto de vista antropológico como biomédico [1-3]. Sin embargo, muchos grupos humanos han estado subrepresentados sistemáticamente en tales estudios, lo que ha llevado a una imagen incompleta de la diversidad genética humana. Recientemente, los nuevos esfuerzos para incluir grupos étnicos minoritarios representan un paso adelante para reducir estas disparidades y hacia la comprensión de la historia de la población humana a gran escala [4, 5].

El escenario genético de la Península Ibérica es el resultado complejo de varios procesos demográficos relacionados con diferentes eventos históricos caracterizados por diversos contactos poblacionales, incluyendo múltiples orígenes étnicos y geográficos [6, 7]. La historia temprana de la Península Ibérica se caracterizó por la presencia de celtíberos, íberos, lusitanos y tartésicos, junto con una alta influencia de las culturas mediterráneas, como la fenicia, la griega y especialmente el Imperio Romano [8]. Esto fue seguido por el asentamiento de las tribus germánicas, antes de los períodos islámicos ibéricos que se caracterizaron por un contacto relevante con las poblaciones norteafricanas [9, 10]. Estos procesos condujeron no solo a un conglomerado genético, sino también a ricas influencias culturales y lingüísticas que configuran la actual población ibérica. La población de la Península Ibérica ha sido analizada en numerosos estudios genéticos, mostrando una heterogeneidad interna con patrones geográficos genéticos siguiendo un eje este-oeste [6]. Además, varios grupos de población se han destacado de este contexto general por sus particulares historias demográficas y paisajes genéticos, como es el caso de las poblaciones vasca [11], Eivissa [12] y gitana española [13, 14].

Conclusiones: El presente estudio representa el primer análisis genético completo del grupo étnico minoritario español conocido como Mercheros. Dado que la etnicidad está influenciada tanto por la ascendencia genética como por la identidad cultural, se necesitan más estudios para reconstruir la historia de la población de Merchero a partir de diferentes disciplinas científicas, como la lingüística, la antropología y la genética. A pesar de la gran cantidad de datos genéticos disponibles públicamente, existe una brecha considerable con respecto a las poblaciones y grupos étnicos subrepresentados. Superar esta limitación es fundamental para ampliar adecuadamente el marco de diversidad de los estudios genéticos de poblaciones humanas. Esto ampliará el conocimiento sobre la historia completa de la población humana y los procesos demográficos que han dado forma a la variación genética en detalles a gran escala y, por lo tanto, también mejorará y facilitará la interpretación de estudios biomédicos [4, 5]. Por lo tanto, alentamos la inclusión de poblaciones y grupos étnicos más subrepresentados para ampliar nuestro conocimiento sobre las poblaciones humanas y, por lo tanto, reducir la sobregeneralización, especialmente en lo que respecta al actual sesgo de verificación europeo.

Aun queda cosas por hacer, seguiremos dando pasos.

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Estudio poblacional de los Mercheros a través de datos genéticos André Flores-Bello, Neus Font-Porterias, David Comas Universitat Pompeu Fabra, Barcelona

Con el objetivo de inferir la historia demográfica de la población merchera, un grupo poblacional tradicionalmente nómada de la Península Ibérica, se han analizado en este estudio más de 600.000 marcadores genéticos del ADN nuclear de 25 voluntarios Mercheros, así como el ADN mitocondrial y cromosoma Y que representan los linajes materno y paterno, respectivamente. El ADN se obtuvo de muestras de saliva de los voluntarios que fueron informados sobre el estudio y dieron su consentimiento para participar. Estos datos genéticos han sido estudiados en el contexto geográfico de la Península Ibérica, y también a gran escala incluyendo datos de poblaciones del Oeste Euroasiático y el Norte de África para poder obtener referencias poblacionales y comparar los datos obtenidos. Los resultados han sido aceptados para publicación en la revista especializada BMC Genomics.

Los resultados del estudio muestran que la diversidad genética de los Mercheros se engloba dentro del contexto de la Península Ibérica, con distancias genéticas pequeñas con el resto de las poblaciones de la Península, sugiriendo un origen genético común con el resto de españoles. Además, se observa bastante diversidad y heterogeneidad genética dentro de los Mercheros, lo que descarta la hipótesis de un fuerte aislamiento genético respecto de las poblaciones vecinas. Nuestros datos rechazan la hipótesis de un origen genético común con la población Romaní o con otras poblaciones europeas y del norte de África analizadas, ya que los perfiles genéticos de estos grupos son muy distintos de los Mercheros. Aun así, los resultados genéticos apuntan a una mezcla sutil y reciente de unos pocos individuos Mercheros con individuos de la población Romaní. En conclusión, los datos genéticos apuntan a un origen en la Península Ibérica de los Mercheros en tiempos históricos y a una ausencia de aislamiento genético debido a influencias y contactos con otros grupos poblacionales de la Península. Dado que la etnia no está influenciada únicamente por la genética, sino que también por factores culturales, más estudios desde distintas disciplinas científicas son necesarios para explorar con más detalle la historia de la población Merchera.

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Los primeros desertores del arado los mercheros

De quincalleros a quinquis y de quinquis a mercheros. Este todavía desconocido colectivo reivindica su cultura y se define como grupo étnico diferenciado rechazando el estigma de la delincuencia que se les atribuyó en los últimos años de la dictadura.

https://www.elsaltodiario.com/antropologia/quinquis-mercheros-primero-desertores-arado

María Remedios García Grande es una de las mercheras más implicadas en investigar y difundir su cultura y ha sido la fuente primordial para realizar este reportaje y acceder al resto de entrevistados. En su blog El Rincón de los Mercheros, recopila fotografías e información sobre “la raza merchera” y explica lo que ocurrió con su padre, Pedro Pardo Romero alias ‘El Peleas’, un verdadero quinqui asesinado por ETA en 1986 en el bar que regentaba en Bermeo por, según dijo entonces la banda terrorista, vender droga, algo que María sí reconoce pero sentenciando que su padre “merecía una condena, pero no de ETA sino de la justicia”.

Al facilitar los contactos, María avisa de que no todos van a estar dispuestos a hablar. El hermetismo transmitido de generación en generación sigue vigente para muchos mercheros, que continúan cerrados sobre sí mismos y sus familias. Ella es una de las pocas dispuestas a facilitar información sobre su comunidad a gente no merchera, y también ha sido promotora de la única prueba genética que se ha realizado a mercheros. DavidComas, investigador del departamento de Ciencia Experimentales y de la Salud y director del equipo de diversidad genética humana de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, fue el encargado de realizar el análisis genético que promovió María Remedios y que está pendiente de publicación en una revista especializada.

Análisis genético

El estudio se hizo con muestras de ADN de 25 mercheros para determinar si compartían una procedencia común y diferenciada del resto de peninsulares. Comas explica que en el estudio observaron que se trata “de una población típica de la península ibérica” con una mezcla genética similar a la de la mayoría de los habitantes peninsulares. “No podemos decir que tengan un origen de otras partes de Europa u otros continentes, es decir, son una población típica de la península y no vemos que sean un grupo muy endogámico como se había dicho anteriormente ni se demuestran esos síntomas de aislamiento que a lo mejor se intuían”, afirma el genetista catalán, quien añade que, en cualquier caso, “una etnia no puede describirse solo con la genética, pues es algo mucho más amplio, una transmisión de valores, tradiciones y aspectos sociales” que, en el caso del pueblo merchero, “son los que se deben tener en cuenta”.

Tres escenas se suceden a lo largo de esta historia. La primera se remonta tres o cuatro siglos atrás: una familia acampa en un solar de las afueras de cualquier pueblo de la península Ibérica. Acaban de llegar y están a punto de irse, hacen su vida temporalmente alrededor de una fogata y junto a un carro que les sirve de vivienda y transporte, cargado de utensilios para reparar calderos y demás baratijas y quincallas —objetos metálicos generalmente de escaso valor— hechas a mano para su venta. La segunda escena, más contemporánea, inicia con una pareja de guardias civiles irrumpiendo en esa primera estampa de la familia con el carro. Los uniformados patean la olla de comida que está sobre el fuego y les echan del pueblo; la secuencia continúa en una persecución que dura décadas con su culmen en el tardofranquismo, cuando los hijos y nietos de esa familia del carro acabaron ocupando titulares que los trataban como auténticos enemigos públicos. La tercera escena, la presente, es la calma, el silencio, aquellos que antes eran protagonistas constantes de la crónica negra de pronto se esfumaron, siguieron su camino o se mezclaron con el resto de la sociedad perdiéndose su rastro.

Desde sus difusos orígenes han recibido el nombre de quincalleros o mercheros, recorrían la geografía en carros valencianos agrupados por familias o clanes y se dedicaban a arreglar ollas y otros enseres cotidianos y objetos de mercería —de ahí su nombre—, a trabajar de temporeros en el campo o a otros quehaceres similares, pero siempre manteniendo un estilo de vida nómada.Existe escasa bibliografía en la que se trate en profundidad la historia de este grupo humano. Javier García-Egocheaga firma Minorías malditas: la historia desconocida de otros pueblos de España (Susaeta, 2003), uno de los trabajos más recientes en los que se habla de los mercheros, de quienes afirma que son “un pueblo que se define por su profesión y que, por ser esta poco valorada, es asimismo discriminado. O viceversa: como están discriminados, ejercen —o han ejercido tradicionalmente— un oficio de mala consideración. Vamos, la pescadilla que se muerde la cola”. Para el autor, esta condición, unida a la trashumancia “como causa de marginación en la totalidad de los pueblos europeos que la han practicado desde la baja edad media”, hace de los mercheros “un ejemplo paradigmático de pueblo maldito”. El único periodo de la historia contemporánea en que los mercheros, o quincalleros, recibieron atención suficiente para hacer correr la tinta fue en las postrimerías de la dictadura y los inicios del periodo constitucional, cuando el apelativo de quincallero (o quinquillero) se redujo a quinqui en los titulares de la prensa de la época con protagonistas como el mítico Lute, el merchero más famoso —aunque existe el rumor de que Paco de Lucía también era merchero—, llenando crónicas con sus fechorías e imprimiendo en el inconsciente colectivo la asociación indivisible entre las palabras quinqui y criminal, que llevó incluso a acuñar un género cinematográfico propio. La prensa y las autoridades de la época utilizaron una denominación derivada de un oficio, atípico pero honrado, para agrupar a toda la delincuencia común de un periodo histórico sociopolíticamente muy complicado en el que miles de personas huían de la miseria homogénea que la dictadura dejó en el campo para formar parte del mosaico de la miseria en conurbación.

Jesús García Barata vive en León, tiene 61 años y es merchero. Para un merchero, el término quinqui es profundamente despectivo por las connotaciones adquiridas al final del franquismo. No obstante, Jesús reconoce que aquellos fueron “tiempos duros” en los que la vida le “obligó a veces a hacer cosas” que ni a él mismo le gustaban, “pero es que no nos abrían las puertas, había que sobrevivir”, aunque matiza que “aquella España acabó y la sociedad merchera cambió”. Jesús, o el Rojo como le conocen muchos mercheros de la región porque de niño era pelirrojo, pertenece al clan de los Baratas. Las paredes de su casa están llenas de recuerdos, de fotos de hace años, de familiares y amigos de sus años mozos, de sus viajes al campo con Tina, su mujer; de su hermano de joven, ya fallecido, con greñas en la nuca y mirada desafiante.

Juan Antonio Giménez es amigo de Jesús y también es merchero, va a menudo a casa del Rojo a pasar el rato. Nacido en San Fernando, Cádiz, y criado en Écija, ahora vive en León y trabaja en una aseguradora, pero los fines de semana se dedica a la compraventa de antigüedades en el rastro. Al buscar la palabra merchero en el Diccionario de la Real Academia Española, este remite al significado de la palabra quinqui, que a su vez tiene dos acepciones: “Persona perteneciente a cierto grupo social marginado, que generalmente se gana la vida como quincallero ambulante” y “persona que comete delitos o robos de poca importancia ”. Esta doblez semántica le “da rabia” a Juan Antonio, porque la palabra quinqui “viene de quinquillero, que a su vez viene de quincallero, que es un oficio desarrollado por mercheros históricamente”, recuerda. “Un delincuente es un delincuente, y un quinqui es aquel que vende quincalla, que es el grupo al que yo pertenezco y yo no soy ningún delincuente. Que la RAE se lo vaya mirando”, remata.

Una sociedad aparte

Los mercheros son una comunidad difusa que ha tenido muchas denominaciones dependiendo del periodo histórico y la ubicación geográfica. En el libro La España de los quinquis (Planeta, 1974), uno de los pocos monográficos dedicados a los mercheros, Jesús de las Heras y Juan Villarín calcularon que en aquella época el número de miembros del colectivo oscilaba entre las 50.000 personas “según estimación policial” y las 200.000 según “otras fuentes privadas”, y estaban repartidos principalmente en el noroeste y Extremadura.

Respecto a la denominación, merchero es el apelativo que utilizan para referirse a sí mismos; antaño también eran conocidos como buhoneros, y en la actualidad —además de quinqui y quinquillero como denominaciones más conocidas— en Galicia se les llama moinantes y en Castilla y León andarríos, ambas variantes locales también con connotaciones negativas. Como pueblo trashumante dedicado a oficios considerados menores, siempre han sufrido marginación y discriminación hasta el punto de volverse herméticos y desarrollar un idioma propio, una sociedad aparte, una etnia a menudo endogámica pero no siempre, sobre cuya procedencia se ha especulado mucho.Respecto a esos valores y tradiciones, a los mercheros siempre se les ha asociado con los gitanos por la similitud de sus costumbres en lo que respecta a su pasado errante. De hecho, es común la creencia errónea de que los mercheros o quinquilleros son el fruto del mestizaje entre payos y gitanos. En ese sentido, y a pesar de que sí existen familias mixtas de gitanos y mercheros, estos siempre han tratado de deslindar su cultura de la gitana y reivindicar su identidad. Teresa Barata tiene 69 años y nació en Villadangos del Páramo (León), en una familia de padre y madre mercheros. Recuerda cómo en el colegio los otros niños la llamaban gitana y ella respondía que “gitana no, merchera y muy orgullosa”. Sin embargo, sí existe solidaridad interétnica. “Con los gitanos se metieron una vez aquí en Venta de Baños, los vecinos colgaron pancartas que decían ‘gitanos no’, y nosotros fuimos los únicos en salir en su defensa”, recuerda Patricio García, de 71 años, marido de Teresa y también merchero.

Teresa y Patricio se asentaron en Palencia dejando también atrás la vida merchera trashumante. Teresa sí la rememora con cierta nostalgia, pero Patricio no guarda un buen recuerdo de aquella época marcada desde su mismo nacimiento, pues su madre dio a luz junto a los muros de la cárcel en la que estaba preso su padre. “A mí esa vida nómada no me aportó nada, quedé muy acobardado y traumatizado al ver cómo trataban a mi padre en los pueblos”, rememora Patricio con amargura. “Una vez llevaba mi padre un montón de cacharros para arreglar, salía de un bar y un guardia civil le pegó tal tortazo que le tiró al suelo y tardó la hostia en levantarse. Ese fue mi primer trauma, allí empecé yo a pensar en lo que valíamos, a ver que no valíamos nada”.

La escena se repite en la memoria de todos los mercheros nacidos durante la dictadura que conocieron la vida ambulante. Teresa recuerda que “si faltaba una yegua o cualquier cosa por el pueblo iban directamente a tus padres, eras tú el culpable; te daban una patada a la comida, en la lumbre que tenía mi madre allí con una trébede para poner la cazuela encima y te quedabas sin cenar o sin comer”. Patricio explica que en su infancia vivió exactamente la misma escena: “A mi madre le tiraban la cazuela, con las alubias o el puchero con el que estuviera cocinando, y la guardia civil le gritaba ‘¡Venga fuera de aquí! ¡Ahora mismo!’”. Juan Antonio también asegura que sus abuelos habían vivido exactamente la misma escena en repetidas ocasiones.

Los últimos mercheros

La mayoría de mercheros, y sobre todo los de edad más avanzada, ya han dejado la trashumancia asentándose definitivamente, pero algunas más jóvenes como Cristina Galiz mantienen el estilo de vida nómada. Tiene 29 años y junto con su marido David —que no es merchero— y sus dos hijos vive de feria en feria al frente de una atracción de sube y baja. En el momento del reportaje se encuentran en la feria de la Virgen de la Encina de Ponferrada. Cristina se ha criado de feria en feria, le “viene de toda la vida” porque sus padres y abuelos también eran feriantes. “Es un mundo bonito, vas a muchos sitios, conoces otros lugares y te encuentras con gente”, explica.

“Antes de dedicarse a la feria, a mis abuelos ya les llamaban quinquilleros porque se dedicaban a la quincalla, hacían cazuelas y las vendían por los pueblos con los carros”. Después el negocio progresó, “preparaban con hierros unas mesitas e iban vendiendo cosas”, y más tarde montaron las casetas de tiro y se volcaron en la feria, indica Cristina. Reconoce que tanto en las ferias como para encontrar trabajos más convencionales ha sentido discriminación: “Ya no por ser merchera, no dicen ‘estos mercheros’; te llaman gitana o te llaman andarríos” porque la gente “no sabe muy bien lo que es ni lo que no es”, afirma. Preguntada por si cree que la cultura merchera corre riesgo de desaparecer, reconoce que “muchos de los abuelos ya no están, pero quedamos los nietos que no renegamos de lo que somos”.

Sin embargo, después de tanta confusión sobre su origen y circunstancias, la duda sobre quiénes son los mercheros todavía nos asalta a los julays y a muchos mercheros de nueva generación. Jesús ‘el Rojo’ explica que los mercheros son un grupo de personas, “desertoras del arado”, que “no estuvieron de acuerdo con la vida sacrificada del campo y decidieron recorrer el mundo demostrando sus habilidades”. Juan Antonio, más prosaico, sentencia que “hoy en día un merchero tiene los mismos problemas de llegar a fin de mes, de pagar la luz, que cualquier persona”. La diferencia, dice, “es quizás es el sentimiento de pertenencia a un grupo que mantenemos los que tenemos una edad, pero los jóvenes ya no; mi mujer no es merchera y mi hija no siente eso, ella conoce porque le voy explicando, pero cuando tenga 30 años le quedará como algo anecdótico”.

Un nuevo camino para los últimos mercheros

La comunidad merchera, muy perseguida durante el franquismo, usa las redes sociales para evitar que su memoria se pierda

Jesús García Barata junto a su hijo Bernardo, en su casa de Ferral de Bernesga, (León).rn
Jesús García Barata junto a su hijo Bernardo, en su casa de Ferral de Bernesga, (León). JAIME VILLANUEVA

“Anoche soñé que veía a mi madre y a mi abuela con su pañuelo al cuello, el pelo recogido en una cola de caballo con sus faldas largas, su faldriquera y el gesto amable en sus rostros. Vi el círculo de carros, los perros atados y a las bestias tralladas”, escribe Jesús García Barata en Pueblo Merchero, un grupo de Facebook en que reúne a integrantes de este grupo social. Los mercheros o quinquis, como eran conocidos en los años ochenta, son una etnia nómada que durante 400 años recorrió en sus carromatos la geografía española de punta a punta. Durante la etapa final del franquismo, los mercheros fueron perseguidos y obligados a abandonar su estilo de vida. En la actualidad, muchos mercheros jóvenes han olvidado que lo son. Un grupo de ellos usa las redes sociales para intentar que su memoria no se pierda.

Jesús García Barata (León, 1960) es uno de los pocos que conoce de primera mano la vida de los caminos. García, al que también conocen como el Rojo, vivió hasta los 17 años pegado a los carromatos recorriendo el norte de la península con su familia. En su vida ha tenido muchas profesiones: feriante, tratante de colchones e instalador de canalones. Ahora se dedica a la fontanería «para seguir en el negocio del estaño» como sus antepasados y lamenta de que tras 40 años de democracia la gente siga sin saber nada de su pueblo y los siga confundiendo con gitanos. «Tenemos estilos de vida similares, pero somos distintos», aclara. Jesús García comprendió la necesidad de reivindicarse como merchero. Mientras cumplía condena por menudeo de drogas, un compañero le prestó el libro Camina o Revienta del también merchero Eleuterio Sánchez, más conocido como El Lute, y su lectura le inspiró. «Comprendí que con una máquina de escribir se podía vencer a la injusticia», escribe García en Pueblo Merchero, uno de los grupos de Facebook que reúne a miembros de esta etnia de toda España.

La responsable de este grupo de Facebook y de la mayor parte de los blogs y páginas web dedicadas a mercheros es Remedios García Grande. Remedios, o María Merchera como es más conocida. Tiene 54 años y nació en Burgos aunque ahora reside entre Bilbao y Berna (Suiza). Remedios García Grande es autora del libro Ni una palabra más en el que cuenta su vida como merchera, y hace ocho años abrió un blog para luchar contra la mala prensa que tienen su etnia. «Estaba harta y quería demostrar que ser merchero no significa ser un delincuente ni es ninguna vergüenza. Yo llevo ser merchera con orgullo», tercia. Fue a través de las redes sociales que Remedios conoció a Jesús. Junto a otra merchera, Milagros Jiménez Reches, los tres gestionan Pueblo Merchero las páginas en las que invitan a jóvenes y mayores a compartir experiencias y recuerdos y a conocer más sobre su pueblo.

Eleuterio Sánchez posa frente a su mujer e hijos frente a su carro valenciano.
Eleuterio Sánchez posa frente a su mujer e hijos frente a su carro valenciano. CORTESÍA DE ELEUTERIO SÁNCHEZ

«Muchos mercheros han renunciado a decir que lo son, es una forma de protegerse», explica García Grande. «Durante el franquismo éramos perseguidos por la Guardia Civil y al final nos obligaron a asentarnos. Sin contacto con otros mercheros como en la época de los carros la forma de vivir se fue perdiendo», lamenta Remedios García, quien añade: «nuestra etnia se va a desvanecer, cada vez estamos más mezclados y ya muchos no viven la vida merchera ni siguen las costumbres».

De los mercheros hay muy poco escrito. Según Javier García-Egoechea, autor del libro Minorías Malditas, la forma de vida trashumante de los mercheros siempre ha invitado al secretismo y confiar solo en el grupo. «Como todos los pueblos itinerantes han sido muy perseguidos a lo largo de la historia. Para eludir el control tenían muchas técnicas como cambiar de nombre, y también está el hecho de que en cada época se los ha llamado de una forma como andarríos o buhoneros. Todo esto hace muy difícil reconstruir su pasado», comenta el autor.

Los mercheros están repartidos por toda España. Ciudades como Salamanca, Valladolid, León o Madrid albergan comunidades de mercheros. Organizados en clanes familiares, eran los ancianos de cada familia los que tomaban las decisiones familiares. “Tenemos mucho respeto por nuestros mayores. Es algo fundamental para nosotros”, comenta Milagros Jiménez. Además de esto, el silencio, la discreción y el honor a la palabra dada son los puntales principales en los que se basa el ser merchero. Una de las costumbres mercheras más representativas y que se está perdiendo es la de la “fuga”. Cuando dos jóvenes mercheros se enamoraban, lo habitual era que escaparan juntos durante unos días para luego volver y presentarse ante sus familias como pareja. “Es una costumbre que a mí me da pena que se pierda. Pero ya es cosa antigua”, describe Jiménez.

PALABRA DE MERCHERO

Una familia merchera descansa en un paradero en Ávila.
Una familia merchera descansa en un paradero en Ávila. CORTESÍA DE MADA SANZ

La palabra merchero viene probablemente de mercero, es decir vendedor de mercería, según comenta García-Egoechea. Componedor, otro de los nombres con los que se les conoce, viene de otro de los oficios que realizaban, el de reparar de utensilios de metal. Quinqui, el término más conocido para referirse a ellos viene de quincallero, o vendedor de quincalla, y la mayoría de ellos lo rechaza porque la prensa franquista y el éxito de películas como Perros Callejeros y el auge del cine quinqui, acabaron convirtiendo la palabra en sinónimo de delincuente.

En el siglo XXI, los mercheros ya no van en carromato, pero siguen apegados a profesiones nómadas. Ahora los carros se han transformado en furgonetas y camiones en los que transportan las atracciones que transportan de feria en feria por toda España. Según comenta Jiménez, otra de las profesiones típicas de los mercheros de hoy en día es la de vendedor ambulante en mercadillos en donde tienen puestos de ropa y antigüedades.

Los mercheros se hicieron tristemente célebres en los años setenta y ochentadel siglo pasado, cuando la prensa franquista convirtió a los quinquis en enemigos públicos. Es paradigmático el caso de Eleuterio Sánchez, el Lute, a quien sus fugas de prisión convirtieron en icono de esos años. Fue precisamente el Lute quién «desenterró el tema merchero». Eleuterio Sánchez (Salamanca, 1942) considera su mayor logro «haberle ganado el pulso al sistema» sacándose la carrera de derecho durante su estancia en prisión. Fue allí donde se dio cuenta de que había que reivindicar su origen merchero. «Con nosotros el franquismo tenía carta blanca porque nadie denunciaba», comenta. Eleuterio Sánchez fue el primer merchero que se reconoció públicamente como tal y ha defendido su etnia en los libros que ha publicado.

“La vida de los mercheros ha cambiado porque también lo ha hecho el mundo”, comenta pragmático García Barata. “Cuando se abandonaron los caminos comenzamos a tener una relación más cercana a los jichos (como llaman a los no mercheros), y cuanto más nos conozcan menos nos rechazarán. Lo único que podemos hacer es seguir contando nuestra historia”, zanja.

Carta de Eleuterio Sánchez (el lute)

Queridos mercheros:

Tal como  conté hace unos días, no ha sido aceptada judicialmente la demanda criminal que puse contra  la Sexta TV por el programa xenófago que emitieron sobre los mercheros. Está claro que nuestros justicias (siempre lo estuvo para mi) que se hacen pipí frente al llamado «Cuarto poder», que constituyen los «plumillas» y adláteres. Nuestros jueces constituyen un  curioso  híbrido de conservadores-reaccionarios-cobardes, que tan solo se atreven con los más desdichados, de donde sacan la «fuerza moral» para  justificar su razón de existir. ¡Asco! Siento verdadero ascos  de estos señores de batas negras y puñetas blancas! Salud y libertad, Eleuterio Sánchez.

Ocasiones habrá para comentarlo en  algún programa televisivo. Apropósito de TV, he de deciros que el próximo día ocho (jueves) se emite un programa en 2, que me grabó hace ya algún tiempo, de 40-50′ de duración,   hacia las 23.45h.,  donde abordo, de manera dispersa,  la problemática merchera. No os lo perdáis.